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Estos cinco consejos le ayudarán a poner en perspectiva la información del prospecto

Cada medicamento tiene sus riesgos y sus beneficios, y ambos deben evaluarse detenidamente. Los prospectos pueden ser una lectura aterradora. Tan aterradora que algunas personas preferirían vivir con su enfermedad antes que arriesgarse a padecer alguno de esos horribles efectos secundarios. Estas reglas de oro pueden ayudarle a poner en perspectiva la información para definir el perfil de beneficios-riesgos del medicamento. Pero no se deje engañar por los rumores y las verdades a medias.

consejo n1

El medicamento existe para combatir una enfermedad o para prevenir un problema de salud inminente.

Su médico le recetó el medicamento para tratar una enfermedad o prevenir que una afección empeore. Estos efectos positivos se observaron en cientos o miles de pacientes.

Después de revisar todos los datos, las autoridades de la salud decidieron que los beneficios del medicamento superan sus riesgos en esta población de pacientes.

Los efectos secundarios no pueden descartarse completamente. Pero es mayor la probabilidad de que el medicamento le ayude a mejorar, que la del riesgo de exponerle a graves efectos secundarios.
 


consejo n2

Use el medicamento exactamente como se describe en el prospecto o como le indicó su médico o farmacéutico.

El régimen posológico –es decir, la cantidad de medicamento que debe tomar, con qué frecuencia, antes o después de las comidas– ha sido determinado durante ensayos clínicos con cientos o miles de pacientes. La dosis óptima encuentra el equilibrio entre los efectos positivos y los posibles efectos secundarios.

Cambiar la dosificación por propia iniciativa no solo podría disminuir los beneficios, sino también incrementar el riesgo de efectos secundarios no deseados.

 


consejo n3

Lea detenidamente los apartados “Instrucciones de uso, contraindicaciones, advertencias y precauciones e interacciones con otros medicamentos”.

En estos apartados del prospecto, se le indica en qué casos no debe utilizar este medicamento concreto, p. ej. si es alérgico a alguno de sus ingredientes, padece problemas renales o hepáticos, el uso con otros medicamentos o si se encuentra embarazada.

Si cumple alguno de los criterios enumerados en el prospecto, tiene un mayor riesgo de experimentar efectos negativos del medicamento.

En tal caso, deberá consultar con su médico o farmacéutico antes de tomarlo.

 


consejo n4

Tómese en serio la fecha de caducidad y la información de almacenamiento del envase.

Si la leche se pone rancia, usted la olerá y no se la tomará. Cuando un medicamento tiene mucho tiempo y no ha sido almacenado correctamente, probablemente luzca sin ningún cambio. Pero es posible que haya perdido su eficacia o que ya no sea bien tolerado.

Cuando compre un nuevo medicamento, revise en el empaque la información sobre su almacenamiento y antes de usarlo, asegúrese de que no se ha vencido todavía.

No debería usar medicamentos si están vencidos o si no está seguro que fueron almacenados correctamente. Cuando tenga dudas, muéstrele el medicamento a su farmaceuta para que lo aconseje.

 


consejo n5

Tenga en cuenta los efectos secundarios enumerados en el prospecto.

En el prospecto se enumeran los efectos secundarios y se indica además la frecuencia con que se produjo cada efecto. “Frecuente” significa de 1 de cada 10, hasta 1 de cada 100 pacientes; los efectos secundarios “muy raros” afectan a menos de 1 de cada 10.000 pacientes.

Mientras esté tomando la medicación, esté alerta a los efectos secundarios enumerados en el prospecto así como a cualquier otra reacción inusual.

Si nota que su salud o su bienestar se ven afectados mientras utiliza un medicamento, pida asesoramiento a su médico o farmacéutico inmediatamente.